martes, agosto 29, 2006

Llámenle como quieran...

Vaya, esto es de esas cosas que tenía que haber hecho desde hace tiempo, el suficiente tiempo para masticarlo y por fin digerirlo, para hacerle caso a mi intuición (con su deconcertante certeza)...

Total... Por un momento me lograron engañar los de la Gran Fraternidad Universal aquí en San Luis Potosí (y en donde sea), por un rato lograron convencerme de que eran chingones, pero por supuesto que no, ya de esto había mencionado algo (que casualmente desapareció), de aquellos que presumen de su superconexíon cósmica y de su limpieza áurica, corporal, mental, etc., etc., etc.; Igual hacen una mezcolansa pendeja de ritos y símbolos de algunas religiones y argumentan que las bases sus "ceremonias cósmicas" se pierden en la "noche de los tiempos" (uta, a huevo!), ¡por favor!
Una secta es una secta, y una secta sigue a un líder incuestionable e infalible, sobre todo si es un pendejete que vendía perfumes y que estudió un poco de psicología, budismo y mamadas new age, que después dijo ser el "Cristo de la Nueva Era", pinche profetucho sin quehacer (¿qué buen negocio le salio, eh?)

Y van por todos lados recitando "PAX" a la vez que le recuerdan sutilmente a las personas que no son de su rebaño que son unas pendejas, que están por debajo de la escala evolutiva cósmica. Y luego te dejan de hablar como cualquier potosino enano, ¿pues no que muy chingones?

Sí, llámenle como quieran: Venganza, mamada, odio, sin quehacer, ardidez, estupidez, etc. Pero he dicho...

Au revoir

lunes, agosto 28, 2006

La brujita de caderas generosas...

La brujita de caderas generosas de mi cabeza

Una tarde la vi llegar por el callejón,
su tez blanca y tersa, cabello suelto,
mirada felina, boquita color granada.
Esa mujer que amé en los inviernos,
de manitas suaves, hombros de marfil,
voz maniquea y beso cálido.

La brujita de caderas generosas de mi cabeza
es la hora de que aún no aparece,
entre los cardos y las rosas,
entre mis brazos y las sábanas,
entre mis sueños y un suspiro sobre mi espalda.

Au revoir

domingo, agosto 27, 2006

Just Do It (sólo hazlo)

La cultura actual es rápida, instantánea... No hay que detenernos a pensar, sólo hay que hacerlo... Sin pensar...

También es cuestión de qué haces: Si todavía funciona el "Tanto tienes, tanto vales", podemos agregarle el "Tanto haces, tanto vales", ya lo había comentado antes: el estar muy ocupado da la sensación (sólo la sensación) de ser alguien importante, si no haces nada, es decir, nada que pudiera parecer importante, no vales nada...

¿A que te dedicas, ahora? Ojalá hagas muchas cosas importantes, no te me vayas a deprimir...

Hasta luego

jueves, agosto 24, 2006

Lee el instructivo

Cuánta gente taruga existe que no lee las instrucciones antes de usar un aparato o cualquier cosa que adquiera y lleve un instructivo, hasta los celulares. Hacer esto quita mucho del potencial que tiene el producto que acabamos de adquirir, o peor, que podamos llegar a fastidiar el objeto por una mala movida por no leer el instructivo.

Ahora apliquémoslo a aspectos de nuestra vida: cuerpo, cerebro, mente, sexualidad, intuición, urbanidad, lógica, sentido común, amor, etc. Todavía algunos pendejos hablan de "los misterios del ser humano" ¡Mis camotes! Todo esto tiene un manual para saber utilizarlo bien y vivir al máximo, el chiste es que pues alguien de fábrica se le ha olvidado ponernos el instructivo, por eso aquello de "pa' pendejo no se estudia"; hay muchos instructivos muy buenos, lo demás es hacerse pendejo... y sin estudiar...


Hasta luego

jueves, agosto 17, 2006

Extraño cada detalle...

Extraño cada detalle de la poesía en tí:

Si estoy escuchando aquellos discos que sacuden el polvo del olvido a mi corazón; cuando camino por las calles lluviosas del viejo centro sin contar tus pasos a mi lado; cuando me dan ganas de estar sentado en silencio tomando tu cintura y de vez en vez oler tu cabello; o si quiero ir al antiguo mirador y comprobar que la ciudad sigue igual como cuando el sol se va a dormir y las luces se encienden y tú me abrazas para enroscarte en mi pecho. Te extraño en esos momentos que voy manejando el coche y preciso de acariciar tu pierna o tu mejilla aún a sabiendas que puedo provocar un accidente por ese pequeño gusto; extraño no escuchar tu voz en mis incursiones nocturnas a altas horas de la madrugada por la avenida principal; cuando despejaba tu vientre y lo devoraba a besos terminando por tu ombligo como un hoyo negro que me absorbía para perderme con tus latidos como lo único que sostenía mi universo. Para verte descalza de tus piecitos de ángel escuchando el sonido quedo de tus pasitos que van hacia la cocina apresuradamente. Cuando hacías caso a mis sugerencias y nos abrazábamos desnudos en la cama y veíamos salir la luna por la ventana...

Parece que los he perdido en algún cuarto de luna que se fue contigo cuando cerraste la puerta al partir...

Au revoir

miércoles, agosto 16, 2006

Del olvido de la Espiritualidad

Poco a poco, con esta negación de lo metafísico (pues ya lo místico o espiritual ya no importa), el ser humano ha prescindido de aquello que alimenta su alma por un positivismo pendejo, y dicen: "Los fantasmas no existen porque nadie los ve.", a lo que contesto: "Claro, tampoco los pedos existen porque no los ves". Los fantasmas y energías son tomadas a menos porque no traen ningún beneficio o placer (tan "de moda")... Muy a pesar que me burle las burradas que hacen algunos católicos, cristianos y demás engañabobos (la lista es interminable) el hombre necesita creer en algo, tener fe y esperanza en algo más. Un ateísmo abúlico (pues a algo le cree, aunque sea en Ninel Conde) es tonto, es hacerse tonto, es olvidarse de su trascendencia, de ahí el miedo pendejo a la muerte pues como no creen en una vida después de la muerte, su tonta existencia acaba ahí...

Ya lo dice Aljandro Filio: Habrá que creer...

Hasta luego

jueves, agosto 10, 2006

Comentario sincero a Andrés Manuel López (H)ablador

¡CHINGA TU MADRE!

Ya deja de fastidiar a México, Pejendejo.

POR EL BIEN DE TODOS Pégate un tiro en el culo y luego te suicidas.

Ojalá te coja un pejelagarto (igual es un primo tuyo)

¡Bamboocha!

martes, agosto 08, 2006

lunes, agosto 07, 2006

¿Qué? :s

Debo decirlo: me sorprende que las personas que estuvieron largo tiempo pendejeando mi esencia hoy parece que están haciendo lo mismo que me criticaron en su tiempo; son personas a las que le tenía mucho afecto y la verdad no sé que pensar de eso, pues me parece mucho peor lo que están haciendo de lo que tanto me criticaban, de hecho me han roto el corazón (es decir, han roto mi expectativas que tenía de ellos), es como si no los conociera, y bueno, sé que la gente cambia, ¿pero hacer cuanta mierda les parecía mal?

Siento que ha muerto una parte de lo que amaba, y feo... Ver muertos nunca me había parecido tan horrible... O es que sigo amarrado a ellos?

Au revoir

viernes, agosto 04, 2006

Lo que me dijo al oído...

Lo que me dijo al oído antes de despedirse esa mañana

Cuando llegué de comprar el desayuno de la tienda Norma había puesto Bossa Nova y se había metido a bañar. Encontré la cama aun deshecha y llena de su aroma, tibia como esa mañana, cerca de la puerta del baño descubrí sus pantaletas olvidadas, las tomé un momento, vibraban a ella, resumaban las caricias y la locura de anoche; volví a la cocina y me dispuse a preparar el desayuno.

-¿Amor? – la escuché llamar.
-¿Sí?- pero no contestó.

Momentos después irrumpe cual diosa con su cabello castaño húmedo y ropa interior, le miro estirar sus brazos que se escapan por mi espalda y coloca un beso rosa en mi boca, el desayuno puede quemarse, la Aurora de rosáceos dedos estaba en mi cocina y lo demás podía irse al diablo.

-Voy a vestirme.- me dijo con su vocecita tierna.
-¿No desayunas?- Burroughs había tenido una gran idea con el título de esa novela.
-Voy de compras.
-¿Por eso dejas tus pantaletas por ahí?- reclamé travieso.
-Era una migaja de pan, una pista para ti… - se volvió hacia el cuarto y desapareció.

Serví un solo plato y me senté a desayunar un poco triste. Cuando volvió seguía siendo la misma diosa vestida para salir de compras, su boca sonreía traviesa pero sus ojos me acariciaban la barbilla.

Se acercó y me besó la nariz, su aliento pasó por mis mejillas. “No te vayas”, le dije.

Su aliento de brisa mañanera se detuvo en mi oreja y susurró: “Te dejé unas pantaletas bajo la almohada”, se dirigió hacia la puerta para volver a desaparecer dejándome con aquel regalito maravilloso.

Fin
Hasta luego