jueves, julio 23, 2009

La trampa del Éxito


He de decirlo: Ya me harté de esas mamadas de superación personal. Dejémoselas a los idiotas empresarios que necesitan arrear a chicotes motivacionales a un montón de trabajadores amodorrados por el mito de que su trabajo es importante cuando claramente ven que son perfectamente prescindibles. Les venden la idea de éxito, porque de ahí ha venido: de vender -aparte de las cosas que he dicho sobre vender el alma al diablo- el éxito como el estado ideal del mundo; pero igual que sucede con las drogas y cualquier momento de nuestra vida todo tiene un ciclo que inicia y termina. El éxito no es un estado sostenido, por muchas idioteces que se digan y frases motivacionales adjudicadas falsa y erróneamente a cualquier escritor de principios de siglo pasado.

La sensación de éxito es engañosa, se vuelve una droga muy díficil de conseguir. Como Homero Simpson, no podemos vanagloriarnos eternamente de un puntaje 300 en los bolos. Por lo tanto necesitamos hacer otra estupidez genial que nos vuelva al pedestal del éxito, a las marquesinas, el cuadro de honor, a la exhibición del adulador/baboso/mula/empleado del mes. Todo lo que se hace tiene que ser importante, que sea un paso más para que lleve o nos mantenga con la sensación de tener éxito -que ya dijimos que "tener" no ayuda al SER-.

Gran mentira es eso de ser exitoso, necesitaríamos que todo nos salga bien, desde ir al baño hasta nuestras relaciones personales siempre y en todo momento. Nos han hecho creer que el éxito viene de afuera hacia adentro y que surge de adentro hacia afuera. Crearon la necesidad, perdón, el deseo de sentir(se) éxito; viéndolo bien, pues no es un sentimiento ni una sensación clara. Podría haber satisfacción, pero satisfacción en sentirse "exitoso", mas no satisfacción en sí. Es un engaño, una trampa, como tener 99 monedas de oro y añorar siempre la número 100, al tenerla desear las 200 y así...

Ya se ha dicho "Haz lo que quieras", en hacer lo que uno quiere y ama no hay éxito, está el alma misma, la autoexpresión, la autorrealización; el éxito es un foco de 25 watts a la luz del Sol, el gozo del alma misma. Gozamos al hacer las cosas mismas, no hacemos cosas para llegar al éxito. El premio -si lo quieren ver de forma simplista- es el Yo, la autoconquista, el autodescubrimiento. El éxito es una medalla de pewter o mármol vendida en unos pesos en cualquier venta de garage.

Pues bien, Haz lo que quieras, y a nadie dañes, como agregaron luego los wiccanos.

Hasta luego

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