viernes, noviembre 27, 2009

Más estupidez institucional

Ahora cualquier estúpido puede abrir una escuelita, no importa que tenga todos los permisos, hasta un eslogan bonito. El asunto aquí es administrar y llevar las riendas con pasión. Hacer el plan como vayan saliendo las cosas, dar órdenes según el humor del momento, no importa que eso se vuelva una institución puramente anárquica.

He ahí la diferencia entre cualquier jefe de oficina y un líder: decir las idioteces según vayan saliendo, según el humor y las necesidades imperiosas por no hacer las cosas como se debe. Cambiar mes con mes la estrategia que no sirva a ver cuál pega. Ser un desmadre institucional (y personal) y mandar de carne de cañón a los profesores (que ellos tienen la culpa de absolutamente todo) frente a los alumnos.

Eso es tener las cosas en orden y no mamadas.
Au revoir

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