Camino a la Fenapo, en camión pese a las reservas de Oly, por la bola de vandalos que suelen andar por esos lares, pero en vez de vándalos nos encontramos con unos desgraciados testigos de Jehova, que los vimos en la esquina, en manada, como viles perros sin hogar y nos regresamos para escondernos y esperar a que subieran a otros camines y evitar su perra presencia. Total nos tocó un par de imbéciles y uno se echo un sermón que nos mandaba todos a la mierda (llámese infierno) porque nadie rezó con él (y todavía se pregunta por qué).
Eviten subirse a cualquier ruta de 5 a 6 pm, si los ven corran y tomen otro camión, o de plano llévense un aparatito de sonido y mándenlos a la fregada.
Au revoir
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