En serio, no tengo la culpa de que tú no sueñes con las cosas que yo sueño hacer, que no disfrutes con lo que yo disfruto hacer o que no se te ocurra lo que a mí.
Entonces, ¿por qué voy a aguantarme las ganas de hacer lo que me gusta nomás porque tú te acomplejas? Mejor dedícate a hacer lo tuyo (que no sea andar censurando mezquinamente a los demás) y trata de vivir feliz.
Vive y deja morir.
Hasta pronto.
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