La caquita de perro de tu zapato nunca pudo ser más molesto que esto... Recuerdo cuando no salía a la calle, y por lo tanto nadie me molestaba. Regularmente suelo salir como loco a la calle, es decir, de prisa, entonces me dedico a lo que voy y ya; me ha costado salir a mensear así nomás a la calle y gastar cierto tiempo en encuentros-cercanos-del-tercer-tipo.
Y esto es sólo en la calle... imagínense por teléfono, en el chat, en la escuela, en la fila del cine, en el trabajo, hasta en el table dance. ¡Por los Dioses! Habrá que encontrarles algo que hacer a esos impertinentes que nos roban (y sí, esto es robar) nuestro tiempo y hasta nuestra paz, y al parecer hay demasiados en esta ciudad. Huy...
Hasta luego (si me tardo es por culpa de algún impertinente)
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