Tengo reacciones contrarias con estos pendejetes: Por un lado me da coraje que estos tipos se intenten pasarse de listos, en general me cagan; por otro lado, y me pasa con mis alumnos, que me quieren ver la cara, lo mejor es cuando caen sobre ellos las consecuencias de sus actos, sé perfectamente lo que intentan, no me engañan, lo mejor de todo es verlos irse con la sensación de que la hicieron. Pobres imbéciles...¿Pues qué creen, que las consecuencias naturales de sus actos no los alcanzarán?, se engañan, pero hasta para engañarse estan pendejos. A mí me podrán decir lo que quieran sobre esto: a un buen amigo le oí decir de ese tipo de sujetos que son los que, tarde que temprano, terminarán laborando de obreros (perdón, operarios) de cualquier empresa; con sus ansias de proletariado y deseos de eliminar a toda la gente aburrida y amargada, ja ja ja. Pobres weyes...
Lo bueno es que la adolescencia se cura... en algunos. Pero no sé de esta adolescencia posmoderna de hoy, echaremos suertes en el peor de los casos.
Au revoir
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