Me imagino que son de esas pocas oportunidades que tienen esos pobrecitos empleaduchos de creer estar por encima de la gente y ostentar cierto poder que les es negado, recordé la vez del oficial del retén. Pobres potosinos, si están asustados intentan intimidar a la gente, si los hacen menos intentan humillar a los demás; lo peor de todo es que nomás ellos se ven mal.
Me pregunto si mi currículum llegó a las manos correctas, no confío en el pobre payaso que me atendió.
Au revoir
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