Cuando compartimos pláticas y momentos bebiendo alcohol hay ideas y descubrimientos que creo yo no se hacen en la "lucidez" de estar sobrio. En el Ogham, el sistema de adivinación de los celtas, existe Muin, la viña, la cual otorga poderes proféticos, la intuición, la sensibilidad. Con el fruto de la vid, se prepara el vino, esto nos quita muchas inhibiciones y, si no dejamos que la sombra nos gane, podemos llegar a hacer descubrimientos y decisiones que nunca pasarían por nuestro corazón (tanto pensar es malo).
No estoy hablando de embrutecerse, eso dejémoslo para la sombra, disfrutemos de una buena plática y de todo el atrevimiento de mundo que al fin nuestro sabio corazón nos llevará al camino correcto. Eso sí, mantener esas decisiones...
¡A disfrutar y gozar del éxtasis báquico!
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