Tanto uno como otro son igual de nefastos, unos por déficit y otros por... pues por lo mismo, pero de una podrida actitud superlativa. Las puñetas de los triumphers se basan en "grandes negocios" con ganancias excelentes, algo así como hacer chick un negocio de boleritos. Las puñetas de los losers se contentan con tener fantasías erotómanas con las mujeres bobas de los programas matutinos de TV y con las niñas que suelen observar a la salida de las secundarias.
Cuando haces lo que te gusta y lo haces bien, dicen algunos que es suficiente recompensa, no hablo de conformarse, siempre nuestro corazón busca crecer, ser feliz es ya un buen logro. Querer dar el gran golpe es el autoerotismo megalómano por excelencia.
Sé tu mismo, no te andes con jaladas.
Au revoir
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