jueves, enero 22, 2009

Por unos pesos más...

Ayer fui a poner gasolina por la Glorieta Revolución y pagué con un billete algo roto (véase ilustración), era de esperarse que el encargado me la hiciera de pedo con el billete; el rollo es que en San Luis Potosí (espero que en otros lugares sea distinto) los empleados de mostrador y otros que tratan con clientes tienen la apestosa maña burocrática de hacer batallar al cliente, tienen la estúpida creencia que, como están detrás del mostrador, tienen "poder". Pobres ilusos, son servidores (que no sirvientes), si fastidian al cliente fastidian su empleo.

En fin, ya me salí del tema. Lo más chistoso del asunto fue cuando el encargado me dijo que agarrara otro billete y le pegara ese pedacito. De inmediato pensé "Claro, tomo un billete COMPLETO, le quito ese pedazo y voy a tener otro billete con el mismo problema", alguien que iba conmigo en el coche comentó sarcásticamente lo que había pensado. Lo peor de los encargados son los encargados que tienen un montón de "soluciones" idiotas a los problemas de los clientes que ellos no quieren resolver. El billete era enteramente aceptable, pero los pobres piojosos son unos simples jodidos que les gusta joder gente.

Esto me hace pensar como Phillip K. Dick, que hay algo en el agua, el caso aquí es que está volviendo imbécil a la gente; ¡Ay! incluido yo ja ja ja ja ja. En fin.

Ahí se los dejo de tarea.
Au revoir.

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